Cushman & Wakefield gestionó un proyecto híbrido que combinó y adaptó espacios de oficina y clínica, alineándose con las necesidades operativas del cliente. La entrega se realizó por fases, lo que permitió iniciar operaciones de manera anticipada y posteriormente habilitar el uso del espacio para capacitaciones y eventos. Se tomaron en cuenta los requerimientos específicos de los equipos a instalar, así como la forma de trabajo propia de una clínica. Además, se realizaron adecuaciones a las ingenierías para asegurar un entorno funcional, eficiente y acorde al uso especializado del inmueble.
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